El 12 de julio entró en vigencia, en El Salvador, la Ley General de Recursos Hídricos (LGRH), normativa nacional que -si bien es histórica por ser la primera sobre el tema del agua en el país- representa amenazas, principalmente, para el funcionamiento de las Juntas de Agua, según advierten organizaciones ambientales.
Frente a esta entrada en vigor, la Mesa por la Sustentabilidad de los Territorios de Sonsonate (MESUTSO) realizó una Caminata Ecológica que se dirigió a la sede departamental de la Asamblea Legislativa, para presentar una pieza de correspondencia en la que expresaban sus preocupaciones ante las consecuencias que la LGRH tendrían para las Juntas de Agua. Dicho documento no fue recibido, dado que no se permitió el ingreso de una comitiva a la sede.
El debate sobre las consecuencias de la entrada en vigor de la normativa se continuó durante un foro realizado por la Mesa por la Sustentabilidad del Medio Ambiente y el Agua de Ahuachapán (MESAMA). Este espacio sirvió como encuentro de las juntas de agua de ambos departamentos y para articular acciones de defensa del bien natural.
Visita de delegación de Paz con Dignidad
Para conocer de primera mano lo que sucede en el territorio, una delegación de la organización internacional Paz con Dignidad visitó recientemente el país. Entre otros, visitaron el sitio sagrado Tacushcalco, lugar donde la empresa urbanística Fénix S.A. de C.V. construyó un proyecto habitacional que destruyó gran parte de este patrimonio ancestral.
Otra de las actividades fue la visita a campos de plantación de monocultivo de caña de azúcar donde se pudo constatar los graves daños que esta industria provoca para la naturaleza y la salud de las comunidades que habitan en los alrededores.
Las y los representantes de Paz con Dignidad también conocieron el Grupo de Mujeres de Nahuizalco y Santa Catarina Masahuat, espacios organizativos que trabajan por la defensa de los derechos de las mujeres, la defensa de los bienes naturaleza y la revitalización de cosmovisión indígena. Ellas son parte fundamental de la resistencia a la construcción de una octava hidroeléctrica sobre el Río Sensunapan.
En ese mismo marco, se realizó una gira con medios de comunicación para visibilizar los impactos que una octava represa tendría sobre los sitios sagrados o lugares de paraje. Y también se emitió un posicionamiento político sobre las demandas de la comunidades y organizaciones de la MESUTSO al Estado para la protección del Río Sensunapan.
Todas estas actividades y procesos de acompañamiento se realizan en el marco del proyecto “Fortalecimiento de las organizaciones comunitarias para la defensa de los derechos ambientales y culturales en la región hidrográfica Sensunapán-Banderas, El Salvador”, ejecutado por la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES) y Paz con Dignidad, con el apoyo financiero de la Generalitat Valenciana.