Todo inicia cuando una tempestuosa ciclona llega a la comunidad “El Tule”. Fuertes vientos y tormentas azotan las casas de las personas que habitan ahí. Metzti, una joven lideresa de la comunidad, junto a su abuela están preocupadas por lo que pueda suceder si la ciclona no se detiene. La única solución es pedir la intercesión de las ancestras y ancestros, solamente ellos puede calmar la fuerza de la tempestad. Es entonces cuando la abuela de la joven le pide emprender la búsqueda y salvar su territorio.
Temerosa y con dudas, Metzti, inicia el camino para tratar de conectar con sus ancestras a quienes, además, les pediré ayuda para enfrentar a “La Plaga”, una fuerza devastadora que, antes de la ciclona, amenaza las aguas de la comunidad.
Esto es solo una breve pincelada de lo que, los pasados 14 y 15 de octubre, fue representado en la obra de teatro “El llamado de Tunantzin”, una producción que busca ilustrar la cosmovisión indígena desde la mirada de las mujeres, la resistencia en defensa del Río Sensunapan y los esfuerzos por la revitalización de su identidad cultural.
Esta obra fue construida de forma colectiva por la colectiva “Las 3 Prietas Teatro”, la Mesa por la Sustentabilidad de los Territorios de Sonsonate (MESUTSO) y la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES).
Metzti, el personaje principal, representa la herencia de lucha y resistencia de las nuevas generaciones, sobre todo de las mujeres jóvenes. Ella emprende una búsqueda de lo, hasta ese momento, desconocido para ella. En el camino reconoce sus raíces, identidad y la memoria de sus ancestras y ancestros.
Lo mitológico
“El llamado de Tunantzin” reinvindica la mitología ancestral y resignifica a personajes como la “Siguanaba”. En la cultural popular actual, ella es considerada como un ser que “castiga” a hombres alcohólicos y trasnochadores. En la obra ella representa su escencia, una entidad que acompaña y guía a Metzti durante su trayecto. Contrario a lo que se enseña, “Siwanahual” (como se le identifica), es un ser alegre, que aparece de día.
El uso de la lengua nahua también caracateriza a esta producción teatral y cómo en ella se reivindica a las entidades femeninas, por ejemplo, a través de “las huracanas”.
La defensa del Sensunapan
Uno de los principales temas en torno a los que gira el desarrollo de la obra está enfocado en la lucha que las comunidades hacen para defender el Río Sensunapan, en Sonsonate, afluente que está amenazado por “La Plaga”. Esta representación ilustra el proceso de resistencia que, por 19 años, han mantenido comunidades contra la instalación de una octava hidroeléctrica sobre este cuerpo de agua, interés que sigue vigente de parte de la empresa Sensunapan S.A. de C.V.
El camino de defensa de este río no ha sido fácil y, precisamente, el pasado 10 de octubre de 2022 se venció el plazo establecido por la Cámara Ambiental para que las medidas temporales de protección estuvieran vigentes. La exigencia de las comunidades, en este momento, es que las autoridades judiciales emitan medidas permanentes y que, con esto, impida la destrucción de este bien natural.
La obra también hace una crítica al rol que juegan los medios de comunicación para la visibilización de las realidades comunitarias. En la obra se representa como, en algunos medios, se hace oídos sordos a las voces que demandas mejores condiciones de vida, se niega el acceso a espacios e ignora las peticiones locales.
Teatro comunitario para transformación de realidades
Desde las artes escénicas, la Colectiva Las Tres Prietas Teatro, reivindican en “El llamado de Tunantzin” las resistencias, la cosmovisión y los saberes de los Pueblos Indígenas de Pushtan y Sisimitepet, en Nahuizalco, Sonsonate.
Las artistas construyeron este proyecto partiendo de las vivencias, las experiencias de las mujeres y de las comunidades, así como la revisión documental, acompañada por la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES).
Este proyecto se realizó en el marco del proyecto “Fortalecimiento de las organizaciones comunitarias para la defensa de los derechos ambientales y culturales en la región hidrográfica Sensunapán-Banderas, El Salvador”, ejecutado por la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES) y Paz con Dignidad, con el apoyo financiero de la Generalitat Valenciana.