“Es importante adoptar nuevas medidas para sobrevivir al cambio climático”, fue la reflexión con la que arrancó el foro territorial “Comunidades resilientes construyen soberanía alimentaria y alternativas para la justicia climática”, en el que se discutió sobre los efectos que el calentamiento global provoca en la vida de las comunidades.

“En los ríos ya no vemos la biodiversidad que antes teníamos”, explicó Luz de María Hernández, integrante de la Mesa por la Sustentabilidad del Agua y el Medio Ambiente (MESAMA). La lideresa manifestó que esto se debe a que los efectos del cambio climático, cada vez más, dañan los ecosistemas de la zona costero marina del país. Para ella y otras comunidades, estos impactos significan afectaciones en sus medios de vida, ya que muchas personas se dedican a la pesca artesanal y de crustáceos.

Para 2023, meteorólogos de la Oficina Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) han confirmado el inicio del fenómeno de “El Niño”, el cual afectará a todo el planeta al propiciar fenómenos climatológicos extremos.

“El Niño” es un fenómeno que se produce de cada 2 a 7 años en promedio. Dependiendo de su fuerza, puede causar una variedad de impactos como aumento de lluvias, sequías y provocar aumento de temperaturas récord. Se prevé que el periodo 2023 al 2027 será el más caluroso registrado en la tierra bajo el fenómeno de “El Niño” y el calentamiento global provocada por las Emisiones de Gases de Efecto Invernadero, lo que trae como consecuencia daños a cultivos, inseguridad alimentaria y pérdidas de medios de vida.

Miguel Urbina, coordinador de sustentabilidad de UNES en el departamento de Ahuachapán, sostuvo que las crisis requieren de la urgente atención del Estado, en todos sus niveles. Explicó que se requiere la protección de las cuencas y subcuencas, dado que de estas dependen una gran cantidad de comunidades. “Hay que tomar acciones porque, sin duda, la crisis ambiental y climática van a seguir impactando a estos territorios”, manifestó.

Las alternativas

“Con los huertos agroecológicos, que nosotras implementamos en las comunidades, estamos asegurando la soberanía alimentaria, sana y saludables”, señaló Reina Vardales, de la Asociación de Mujeres Jujutlecas. Esta es una de las principales iniciativas que las mujeres lideran para hacer frente a la crisis alimentaria y los altos costos de la canasta básica.

Los huertos son iniciativas que les permiten instalar huertos familiares y, a la vez, tejer redes locales para fortalecer capacidades, intercambiar experiencias y construir alternativas conjuntas. Además de los huertos, también se han creado bancos de semillas para recuperar semillas nativas, resilientes a los efectos del cambio climático, sostuvo Vardales.

A las iniciativas agroecológicas, también se suman las acciones de monitoreo climático comunitario. Estas son estaciones instaladas en diferentes comunidades para dar seguimiento a las condiciones de lluvias y los niveles que se registran en la época lluviosa. Con esto, las lideresas generan evidencia científica y salvan vidas, dado que la información es compartida con los gobiernos locales para que se tomen acciones de forma temprana para evitar desastres.

Frente a las crisis, las comunidades asumen un rol activo en la defensa, protección y restauración de ecosistemas; así como el impulso de iniciativas para la construcción de resiliencia al cambio climático. Piden al Estado asumir un rol activo en garantizar el cuido y protección de la naturaleza.

Te invitamos a conocer más de estas iniciativas, pinchando aquí.

El foro se realizó en el marco del proyecto “Potenciando procesos productivos sostenibles y resilientes para la seguridad y soberanía alimentaria”, ejecutado por OIKOS – Cooperação e Desenvolvimento y la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES); y cofinanciado por la Unión Europea.