• Construir una agenda feminista centrada en garantizar las condiciones sociales y ambientales para asegurar la sostenibilidad de vidas dignas y en bienestar, como base para asegurar el respeto y el avance de los derechos de las mujeres. Consideramos urgente fortalecer en las agendas de los movimientos feministas un análisis más profundo de la crisis ecológica que limita el goce y disfrute de los Derechos de nosotras y las otras.
  • Desafiar la invisibilidad del trabajo de los cuidados que realizamos las mujeres, junto a la invisibilización de la explotación de la naturaleza.
  • Replantear nuestra relación de superioridad por sobre las otras formas de vida para transitar del Antropo/Androcentrismo al Biocentrismo.
  • La adopción de una concepción pluralista que reconozca los derechos de autonomía y libre determinación de los pueblos originarios, indígenas, afrodescendientes, a través de la exigencia de la ratificación del Convenio 169 de la OIT y el Acuerdo de Escazú. 
  • Centrarnos en avanzar en la exigencia a los Estados sobre cumplir su obligación de generar condiciones para la garantía de acceso a la justicia y la  demanda de las medidas necesarias para eliminar prácticas violentas y la corrupción,  que ejercen las empresas en complicidad con los Estados hacia los territorios y cuerpos de las mujeres, para que estas  cesen y no queden en impunidad.
  • Demandar al Estado el respeto a la autodeterminación de los territorios, que cumplan  y asuman una postura de protección de los Derechos Humanos de las mujeres, niñas y adolescentes, reconociéndolas como  sujetas de derechos, garantizandoles el   respeto y protección como defensoras   de Derechos Humanos, a través de la creación, promoción e implementación  de mecanismos fundamentados en el principio de consulta previa, libre e informada garantizada en pactos internacionales como el Protocolo de San Salvador.
  • Demandar compromisos concretos desde los Estados para garantizar la soberanía alimentaria, basada en sistemas de producción que respeten la biodiversidad y los ecosistemas,  la cultura y saberes ancestrales de los pueblos que habitan los territorios.
  • Exigir una transformación del sistema económico hacia economías alternativas justas que respeten la biocapacidad del planeta y que no contaminen nuestros cuerpos, ni aniquilen los territorios.